10/05/2024

“Queremos que haya cada vez más chicos formados acá jugando en primera”

“Queremos que haya cada vez más chicos formados acá jugando en primera”
FOTOS: Lucio Ferreira
FOTOS: Lucio Ferreira

En el año 1988 el equipo de fútbol de Sol de Mayo fue protagonista de una campaña del extinto Torneo del Interior, con tribunas llenas, un buen equipo y resultados. Todo terminó en un cruce “mata mata” frente al equipo de Estación Quequén. Un 2 a 1 en Viedma y 2 a 4 en Necochea. Un final polémico, indican las crónicas de la época, con policías y perros dentro de la cancha. Ese año Quequén ascendió a la B Nacional. 

A pesar del recuerdo vivo en la oralidad de muchos testigos de la época, esa ilusión de que Viedma pudiera llegar cada vez más lejos futbolísticamente hoy sigue estando presente. Los viejos tablones resistentes y flexibles dejaron de existir y hoy de espaldas al río Negro se luce un estadio nuevo, una infraestructura deportiva incomparable para Viedma y la provincia. Sol de Mayo  desde el 2018 es participante habitual del Federal A. Una escena que combina futbolistas profesionales, equipos de larga trayectoria como Olimpo, Santamarina, Douglas Haig, Cipolletti y algunas picardías del fútbol regional. Sin dudas hoy en cada partido de local, los viedmenses tienen a mano una platea familiar, con un sol agradable si el clima acompaña y la creatividad de los comentarios a referís y laterales rivales de turno. 

El actual DT del equipo viedmense es una figura reconocida del fútbol argentino. Un verdadero trotamundos. Diego Galván, oriundo del oeste de los suburbios bonaerenses, formado en Platense, debutante en Lanús y reconocido como parte del Estudiantes de La Plata de Sabella; equipo que hizo poner nervioso al mismo Messi en una final intercontinental. Un lujo que se puede dar en la comarca de Viedma y Patagones. Diego llegó al pago hace nueve años, gastando sus últimos cartuchos de futbolista profesional. Como muchos “traídos” Diego decidió quedarse, en una declaración directa de amor a la zona. 

La temporada 2024 lo tiene como DT, a cargo de un nuevo proceso, con caras renovadas pero también con viejos soldados de la guardia imparcial de la ribera. Sol de Mayo lleva tres ganados, dos empatados y otros dos perdidos. Invicto como local, aún trabajando en la idea de hacerse más fuerte de visitante, algo difícil para el Federal A. Charlamos con Diego sobre su presente en Sol de Mayo y sobre las vueltas de la vida que hoy lo tienen acá.

El clima hostil de un otoño que empieza a parecerse al invierno hace que los jugadores esta semana deban entrenarse bajo techo por la lluvia, preparándose para recibir a Olimpo de Bahía Blanca el fin de semana. A Diego se lo ve tranquilo, cebando su mate con paciencia, con el aplomo de quien está dentro del teatro de operaciones que conoce, el fútbol, aunque ahora desde el otro lado del mostrador.

 

¿Por qué decidiste quedarte en Viedma Diego?

“Hace nueve años vine acá y me quedé, la tranquilidad fue lo que más me gustó. Vivía a unas cuadras de la costanera y la gente me pareció muy cercana y simple. Yo venía de dar muchas vueltas y acá me sentí cómodo. Además de a poco me fui enganchando con el río y el mar también, no es que era muy fanático de eso”.

 

¿Llevás mucho tiempo dando vueltas con el fútbol, no?

“Yo vengo del oeste de la provincia de Buenos Aires, me formé en Platense. Vengo de una familia de diez hermanos e hice mucho esfuerzo para poder llegar a primera. Dos horas de colectivo de ida y dos horas de vuelta todos los días después de ir a la escuela. Luego jugué en muchos equipos, estuve en México, en Portugal. Con Estudiantes ganamos la copa Libertadores y el torneo local, soy un agradecido y me gusta seguir conectado con el fútbol, desde el lugar que me toque”. 

 

¿Además del fútbol, en qué usas tu tiempo hoy?

“Me gusta mucho cocinar. Me meto en la cocina y me desconecto de todo. Me pongo algo de música y le meto. En casa ya soy el cocinero designado. Sé hacer sushi, pizzas, tacos, voy variando y lo disfruto mucho”. 

 

¿Estás disfrutando ser DT?

“Yo jugué hasta los 40 y me retiré por una lesión. Asumir este rol es un desafío nuevo para mi, y va más allá de ser sólo el DT. Hacemos un trabajo de mucha charla y acompañamiento con los más chicos, de enseñarles, entenderlos. También estamos metidos en la organización del club, porque Sol de Mayo ahora tiene un nivel de infraestructura grande, está en un gran nivel pero sigue siendo un club familiar, donde estamos atrás de todo. No solo soy yo, hay otros chicos que también están, con las juveniles, con la administración. Estamos tratando de llevar adelante un proyecto, no es solo ganar, le presentamos a la dirigencia una idea de acá a un par de años y queremos cumplirlo”.

 

¿Cómo es la conexión con el público local?

“De a poco está viniendo cada vez más gente, todavía falta para llenar la cancha. Desde el ascenso del Federal ‘B’ al ‘A’ que no está así ‘llena llena’, pero viene gente. Viene y acompaña, nos reconoce el esfuerzo y las ganas de jugar. El pasto está muy bien, las instalaciones son un lujo. Es lindo lo que está pasando en Viedma, ojalá se enganchen cada vez más personas”. 



¿Cómo querés que juegue este Sol de Mayo?

“Me gusta que Sol de Mayo juegue bien, que no haya mucho pelotazo, que salga jugando por abajo. Tenemos un delantero que lucha todas las pelotas, va y va. Una pareja de centrales firme. Tenemos al ‘Poke’, (Fernando Valdebenito) que es de acá, re de Sol, y está jugando muy bien. Está todo dado para ver siempre un lindo partido, así que esperamos a los viedmenses en la cancha”.

 

¿Cuál es el objetivo principal del equipo?

“Tenemos cinco jugadores en edades de experiencia y el resto son todos chicos, todavía están dando sus primeros pasos y los estamos ayudando en eso. Varios viven en el albergue nuevo que tiene el club y nuestro objetivo es acompañarlos en el proceso, que se asienten en la categoría y que de a poco se vayan soltando y mostrando el potencial. No es fácil adaptarse al Federal A, yo jugué en este nivel viniendo de primera y cuesta, hay más fricción, los tiempos son otros, los viajes, las canchas, los imprevistos. Este año queremos mantener la categoría para el año que viene animarnos a más”.

 

Luego de recibir a Olimpo, Sol de Mayo se prepara para una gira por Cipolletti y luego Neuquén para enfrentar a Deportivo Rincón. Hoy el club cuenta con un albergue donde viven muchos de los jugadores, una cancha de césped sintético para entrenar y tocar poco la cancha principal. Además hay una cancha techada,  tribunas nuevas, vestuarios, gimnasio, restaurante. Un club de otra escala que está en la etapa final de su remodelación. Conviven aún hoy otras disciplinas como rugby, tenis, handball, pelota paleta, fútbol infantil en el predio histórico de la Costanera.

La mística de aquel equipo que llegó hasta Quequén con un sueño adelante, el de poner al fútbol de la comarca arriba, hoy se mantiene vigente en esta transición histórica. De aquel querido Sol de Mayo, alojado frente al río viedmense, un club familiar de puertas abiertas, el camino va a una idea con más ambición, con proyectos y desafíos que aún mantienen la lógica de un club de barrio.

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