Un grupo de personas en Viedma creó un proyecto solidario llamado "Pancita feliz", en el que cocinan y distribuyen viandas calientes a familias necesitadas en la ciudad, en forma gratuita. Joaquín Díaz, referente del proyecto, conversó con Radio Noticias (105.5 Mhz) sobre cómo surgió la iniciativa y cuál fue su impacto hasta el momento.

Díaz relató que la idea nació durante una conversación con su sobrino, cuando ambos se dieron cuenta de la necesidad que había en la comunidad: "Recorriendo te das cuenta de la necesidad que hay, porque anduvimos por el ex basural que está sobre la ruta, el barrio Esperanza, 30 de Marzo, Loteo Silva, las Tomas, y se dio la oportunidad. La verdad que no nos sobra, por eso recurrimos a la solidaridad de la gente en Facebook y muchas personas se sumaron".

El grupo de voluntarios se encarga de preparar entre 35 y 40 viandas por día, los martes, jueves y sábados de cada semana. "Arrancamos con un buen guiso de mostacholes, de lentejas con pollo, y la idea es cocinar bien calentito, nutritivo y calórico para esta época. Nos hacemos llamar 'Pancita feliz', pero no pertenecemos a ninguna iglesia ni agrupación política. Trabajamos en el lugar donde alquilo, que es un monoambiente chiquito, por eso tampoco podemos sumar mucha más gente a la causa", explicó Díaz.

La distribución de las viandas se realiza de manera sencilla y sin buscar reconocimiento. "Cuando salimos a repartir las viandas, no llevamos celular para filmar ni nada, solo recibimos un gracias que es la mejor recompensa que podemos tener. Siempre intentamos entregarle las viandas a madres solteras, adultos mayores, gente que recolecta la basura", aseguró Díaz, quien también resalta su compromiso con la causa al ser padre de una niña de cinco años.

Aunque el grupo cuenta con el apoyo de la comunidad en cuanto a donaciones de alimentos no perecederos, encuentran dificultades para conseguir carne y pollo, ya que son los alimentos que ellos mismos compran. "El resto de las cosas, como el arroz, lenteja, polenta, verduras, fideos, todo eso la gente lo va donando. Ahora se nos sumó una familia de siete personas y no es sencillo, por eso muchas veces pasa que a veces se dona mercadería pero muchos vecinos no tienen gas para cocinar, y hoy una garrafa cuesta 35.000 pesos. Es por eso que nosotros decidimos cocinar en mi casa y salir a repartir", reflexionó.

El proyecto demuestra el poder de la solidaridad y el compromiso hacia los más necesitados. Pese a las dificultades económicas y las limitaciones de espacio, el grupo se las rebusca para llevar un plato caliente y nutritivo a quienes más lo necesitan en la comunidad. Su acción ejemplar muestra que, con pequeños actos de generosidad, se pueden hacer grandes cambios en la vida de las personas.

La necesidad sigue presente y el apoyo de la sociedad es fundamental para continuar brindando ayuda a quienes más lo necesitan. Los interesados en colaborar pueden comunicarse a los teléfonos 2920-293464 y 2920631992.