Desde el Servicio de Empleo AMIA de Viedma queremos incitar a retomar con la pregunta fundamental que hacemos en las charlas de búsqueda de empleo: ¿para qué trabajamos? ¿Cuáles son las motivaciones que nos mueven a levantarnos cada día y enfrentar el mundo laboral? Estos son paradigmas que van cambiando a lo largo de la vida y es fundamental que sepamos clarificarlos para ser transparentes con nuestros posibles empleadores.

Es cierto que todos buscamos empleo con el objetivo de obtener una remuneración, es decir, ganarnos la vida desde la parte económica. Sin embargo, ese trabajo puede tener diversos objetivos más allá del sustento diario. Muchas veces trabajamos para adquirir experiencia, para poner en práctica lo que hemos aprendido en nuestra formación académica o profesional, o simplemente para encontrar mejores condiciones y oportunidades laborales.

Pensar en qué nos mueve y nos motiva realmente para trabajar es clave. En esta reflexión surgen los diferentes desafíos personales que nos permitirán mejorar nuestras condiciones de vida de manera global, incluso cuando hablamos de un trabajo aparentemente pequeño. Debemos recordar que en promedio, las personas pasamos al menos una tercera parte de nuestras vidas trabajando. Por eso, es fundamental mantener un nivel de satisfacción y desarrollo personal en esta área.

Es posible que en ocasiones nos veamos obligados a trabajar en algo que no nos gusta, únicamente con el objetivo de ganarnos la vida. Sin embargo, la idea es ir más allá y preguntarnos qué es lo que realmente nos motiva. Al encontrar esa motivación genuina, podremos enfocarnos más acertadamente en lo que verdaderamente queremos y eso nos llevará a otro nivel profesional y personal. En AMIA siempre incentivamos la capacitación y el desarrollo, y nos esforzamos por encontrar lo que realmente nos sirve como individuos.

No debemos limitarnos a ir detrás del deseo de trabajar para ganarnos la vida. Es imprescindible indagar en lo que hay detrás de esa necesidad laboral. Estas preguntas que surgen del otro lado, es decir, del empleador, cobran cada vez más relevancia. Por eso, es fundamental resolverlas de antemano y asegurarnos de que estamos trabajando en aquello que nos motiva y nos llena como personas.

En conclusión, la importancia de indagar en nuestras motivaciones laborales radica en el hecho de que ello puede llevarnos a otro nivel de satisfacción y crecimiento personal. No debemos conformarnos solo con ganarnos la vida, sino encontrar aquello que realmente nos impulse a ser mejores y alcanzar nuestras metas. En AMIA, promovemos la búsqueda consciente de empleo y el desarrollo individual para lograr una vida laboral plena.