La  compañía de seguros Antártida deberá indemnizar a los familiares de dos personas que murieron calcinadas luego de un choque en las cercanías de General Conesa el domingo uno de julio de 2018, mientras se desarrollaba una competencia safari. Una beba de un año sobrevivió porque su mamá de por entonces 25 años –quién falleció en el hecho- alcanzó a arrojarla por la ventanilla antes de que las llamas consumieran un Chevrolet Aveo.

El proceso civil debió resolver una compleja situación jurídica, ya que familiares de dos de las personas fallecidas y de la niña iniciaron una demanda contra la aseguradora, pero también contra el conductor del vehículo, que murió en el accidente, y según se relató en el caso, las cuatro personas estaban en el Aveo que había ido a acompañar a uno de los competidores de la prueba a campo traviesa. Mientras estaba estacionado en la banquina de la ruta nacional 251, una Toyota Hilux que se desplazaba hacia el sur del país desde Buenos aires colisionó en la parte trasera del auto.

En la demanda se explicó que “el impacto fue tan violento, máxime en que fue sobre la parte donde se encuentra el tanque de nafta, que de inmediato el vehículo ardió”. Agrega que “en un último acto desesperado por la supervivencia de la niña, la mamá  la arrojó por la ventana, salvándole de esa forma la vida”. Los tres mayores quedaron dentro del vehículo y sin poder salir, por lo que fallecieron.

La aseguradora dijo que el incendio se produjo “como consecuencia directa y excluyente del impacto recibido por el rodado mayor”, que fue el único causante del deceso de las personas que se encontraban a bordo. De esta manera, pidieron que se cite al conductor de la camioneta. Pero los familiares de las personas fallecidas manifestaron que no tenían interés en iniciarle acciones, ni tampoco a su seguro.

El fallo

La Unidad Jurisdiccional Civil N° 3 de esta capital, a cargo de Leandro Oyola, explicó en la sentencia que la aseguradora debe responder “frente a los actores por las consecuencias correspondientes al siniestro” en los límites de su cobertura. En cambio, “corresponde rechazar la demanda” contra el conductor “por su evidente falta de legitimación pasiva”, y a la hora de cuantificar los daños se tuvieron en cuenta diversas cuestiones, como los informes psicológicos, socioambientales, y se analizó cada uno de los rubros resarcitorios por lo tanto la suma total indemnizatoria representan unos 48,9 millones de pesos.

Los detalles emanados en principio del fuero penal donde se tramitó una causa por “homicidio culposo” contra el conductor Néstor Gogolín de la Toyota perteneciente a la empresa de transportes Rivas, indican que ese domingo a las 8.50, en el kilómetro 105 de la Ruta Nacional Nº 251, la joven Niria Alfaro, Miguel Alberto Botana más la bebé, se encontraban a bordo del vehículo siniestrado -como terceros transportados- conducido por quien también falleció: Gerardo Chicaval, todos domiciliados entre San Antonio Oeste y la Zona Atlántica.

La foto de ese día

Uno de los que primero llegó y logró captar imágenes del vehículo en llamas fue el fotógrafo aficionado viedmense, Andrés Caballeri, quien ese domingo formó parte de un grupo como auxilio de un motociclista. “Yo llegué a los tres o cuatro minutos (de la tragedia), y se ve que ellos salieron en los primeros de la caravana de auxilios, y el accidente ocurrió a apenas cinco kilómetros de la largada en dirección hacia Río Colorado”, contó hoy a NoticiasNet. Si bien dejó bien aclarado que no vio el accidente, comentó que en este tipo de competencias, los auxilios “para llegar rápido” a sus asistidos tienen una competencia aparte.