El voluntariado y docentes de la Asociación Taller Protegido (ATAP) atraviesan un doloroso momento y enfrentan un gran desafío para continuar con las actividades de contención de sus beneficiarios como consecuencia del atraco sufrido en las últimas horas en el edificio de Rivadavia al 400 de esta capital.

Una buena parte de las actividades quedaron paralizadas como consecuencia de la sustracción de tres costosas máquinas de coser, un taladro, una morsa que había sido donada por una familia y varios objetos más incluyendo alimentos no perecederos. Las autoridades de este centro sin fines de lucro estimaron las pérdidas en unos dos millones de pesos.

De acuerdo a las sospechas con que cuenta el cuerpo de directivos, el hecho delictivo tuvo lugar durante el fin de semana extra largo, y previa rotura de una ventana interior que da a un patio, los delincuentes ingresaron para llevarse semejante cantidad de cosas.

Inicialmente se desconoce por dónde pudieron acceder los responsables al edificio ubicado en forma contigua a un complejo habitacional donde viven oficiales policiales, y si hubo testigos del acarreo tomando en cuenta el cúmulo de bienes. Las autoridades tomaron conocimiento del robo cuando volvieron a poner en funcionamiento los trabajos diarios.

Estos objetos permitían al importante grupo de personas con discapacidad confeccionar delantales, mochilas y bolsas de compras, por lo tanto los responsables de ese centro de contención pidieron acompañamiento de las autoridades -más allá de la denuncia presentada en la Comisaría 1°- y que el hecho sea investigado.

"La comunidad sabe con cuánto esfuerzo y trabajo solidario se lleva a cabo la labor de esta institución. Nos sentimos dolidos y desprotegidos. Necesitamos seguridad, no sólo cuando el edificio están sin operarios sino también durante la actividad teniendo en cuenta la numerosos casos de inseguridad" porque "asisten persona con vulnerabilidad a quienes debemos proteger y cuidar", afirmaron los responsables en un posicionamiento público.